Entrevista de AMARA SANTOS, publicada el 19/6/2020 en el periódico digital quincemil
El sistema judicial gallego atiende miles de casos en los juzgados que están repartidos por las cuatro provincias, pero a la hora de presentar como prueba judicial informes periciales existe un denominador común ya que todos son realizados por la misma persona: Carmen Vercher, la perita calígrafa del Tribunal Superior de Xusticia de Galicia (TSXG). La coruñesa se encarga de realizar complejos y laboriosos informes para determinar si una firma dudosa es realmente auténtica, para lo que tiene que compararla con indubitados del titular para determinar su autenticidad o falsedad, entre otros muchos casos.
Ella asegura que puede llegar a sacar “una media anual de entre 70 y 100 informes“, una tarea que se facilita gracias a las actualizaciones de formación que realiza y el instrumental que se compra para ser más eficaz en su trabajo ya que la administración le dota “de los medios justos”. Vercher es consciente de la responsabilidad que tiene sobre su espalda, ya que de sus informes periciales depende que un juez ponga una sentencia condenatoria o de absolución y llegó a dedicarse a esto gracias a que nunca perdió el interés por la escritura e identificación de su autor que nació en ella cuando estudiaba la antigua EGB. “Aún soy capaz de recordar a compañeros del colegio si pienso en su letra“, dice.
La coruñesa siguió sus instintos y en los 80 estudió Criminología en la Complutense, “donde dos buenos maestros le enseñaron gran parte de lo que a día de hoy sabe de grafología” además de darle clases particulares, una formación que completó con cursos completos de Grafología, Paleografía y Pericia Caligráfica hasta que en 1991 accedió a la plaza que ocupa actualmente. Sobre las mayores dificultades de su trabajo, Vercher explica que “lo más complicado de la grafística es la interpretación de lo observado que conduce a la conclusión” y comenta que “cada caso es especial y único y hay que seguir un método concreto de observación y comparación“.
“Un elemento fundamental para un buen informe sobre grafismos es que los indubitados, es decir, documentos auténticos confrontados con los cuestionados, cumplan los requisitos de autenticidad, de cuerpos de escritura, cantidad y espontaneidad. Es difícil que todo se cumpla en su totalidad lo que conlleva a una serie de limitaciones para trabajar“, aclara.La coruñesa afirma que para desempeñar bien su tarea es importante tener en cuenta que “la personalidad no se refleja en una letra o en un signo aislado, sino que hay que estudiar el conjunto y sus detalles, poner todo en contexto y relacionarlo con la edad, el estado de salud, el nivel de estudios, el tipo de documento a investigar y las circunstancias (tener prisa, estar mal apoyado…)“. Sobre esto destaca que “la personalidad está en constante transformación y cambia con las etapas del desarrollo (infancia, adultez, ancianidad…) o incluso en el mismo día por influencias externas o internas“.
Sobre los aparatos que utiliza en el proceso de elaboración de sus informes y en las conclusiones, Vercher detalla que su última adquisición ha sido un vídeo espectro portátil, una máquina que cuenta con fuentes de iluminación forense para ver y capturar imágenes que revelan el método MEPRI (Método de Eliminación de Pigmentos por Radiación Infrarroja). “Esta herramienta sirve para valorar la presión real del trazo sobre el papel, diferenciar tintas por su respuesta a la luminiscencia infrarroja o revelar alteraciones por supresión (borrado, raspado…)“, comenta.
Grafología reconocida judicialmente
A menudo, Vercher se encuentra en su trabajo con casos excepcionales en que las grafías a analizar pertenecen a personas con demencia, que han sufrido violencia de género o niños y en estos casos el análisis para realizar los informes va más allá de la letra y se ayuda con imágenes:
Caso 1: Testamentos y documentos suscritos por personas de cuya capacidad cognitiva se duda a causa de una demencia senil, alzheimer, accidentes de tráfico y laborales o con secuelas cerebrales terribles.
Caso 2: En los juzgados de familia, como complemento a la batería de tests que haga el psicólogo, es útil la grafología infantil y se suele aplicar en base a dibujos.
Pruebas de visión con tinta
Para conseguir éxito en su trabajo y determinar las conclusiones de sus informes periciales lo más exactamente posible, la perita calígrafa utiliza en multitud de ocasiones la visión con tinta que demuestra que “las cosas no son como inicialmente parecen“. En este caso, la cantidad que en un principio parecía 9.800, Vercher terminó demostrando gracias a sus pruebas que era un 1.200 tras eliminar la tinta y ver los surcos para así diferenciar los pigmentos de los números trazados sobre el papel.
Carmen Vercher: conoce a la única perita calígrafa de la justicia gallega