DISLEXIA: DIS = dificultad y LEXIS = habla.
La dislexia es una dificultad en el aprendizaje que afecta a la lectoescritura. Concretamente la dificultad es para leer, a raíz de problemas para identificar los sonidos del habla y para comprender cómo estos se relacionan con las letras y las palabras. Frecuentemente esta dificultad suele afectar también a la escritura y al cálculo, con trastornos de la coordinación motora y la atención.
Los Neurólogos Máximo Carlos Etchepareborda y Habib definen la dislexia como “una dificultad para la descodificación o lectura de palabras, por lo que estarían alterados algunos de los procesos cognitivos intermedios entre la recepción de la información y la elaboración del significado”. Igualmente, la neuróloga Sally Shaywitz, afirma que la dislexia “es el trastorno del aprendizaje más frecuente entre la población de edad escolar cuya prevalencia se estima entre un 5% y un 17%, dándose con más frecuencia en niños que en niñas”.
Hay dos tipos de dislexia: la “adquirida”, que aparece a causa de una lesión cerebral concreta, y la “evolutiva”, en la que no hay ninguna lesión cerebral concreta y la que es más frecuente en el ámbito escolar. En general, las personas con dislexia tienen una inteligencia y un desarrollo cognitivo normal, la única cuestión es que las zonas del cerebro que procesan el lenguaje quedan afectadas. De todas formas, a veces, este trastorno también crea dificultades en el área de la velocidad de procesamiento, en las habilidades motrices, en la percepción visual o auditiva y se puede ver afectada la memoria a corto plazo, la organización, o el lenguaje hablado.
Cuales son las causas que predisponen a la dislexia
Al parecer existen factores hereditarios que predisponen a padecer dislexia, aunque no está claro si hay causas genéticas, dificultades en el embarazo o en el parto, problemas emocionales, déficits espaciotemporales o dificultades adaptativas, lateralidad imprecisa o zurdos en un 50%.
Estudios neurológicos han descubierto un déficit en la región cerebral del hemisferio izquierdo, aunque otras teorías opinan que el hemisferio cerebral derecho (responsable de la información visual) realiza su tarea a una velocidad inferior que el lado izquierdo (el que procesa el lenguaje) o simplemente que existe una mala conexión entre los dos hemisferios. En el ámbito de la psicolingüística se ha descubierto que uno de los déficits de la dislexia en niños es una baja conciencia fonológica (dividir el habla y la escritura en estructuras cada vez más pequeñas).
Qué signos pueden alertar de que existe una dislexia
Normalmente es difícil detectarla antes de que el niño o la niña comience su primera etapa escolar y para entonces los maestros suelen darse cuenta cuando están aprendiendo a leer. No obstante, existen ciertos signos que podemos tener en cuenta antes del aprendizaje de la lectura y la escritura.
- Tardar en comenzar a hablar.
- El aprendizaje de nuevas palabras se hace a un ritmo lento.
- Problemas para formar palabras adecuadamente, por ejemplo, invertir los sonidos de las palabras o confundir palabras que suenan de forma parecida.
- Problemas para recordar o decir el nombre de las letras, los números o los colores.
- Dificultad para aprender canciones infantiles o jugar juegos de rimas.
Obviamente, en las primeras etapas de la escolaridad, se hacen mucho más visibles los síntomas de la dislexia y se acentúan los signos:
- Nivel de lectura por debajo de lo que se espera para su edad.
- Problemas para procesar y comprender lo que escucha.
- Dificultad para encontrar la palabra correcta o formular respuestas a preguntas.
- Dificultad para ver y/o escuchar similitudes y diferencias entre letras y palabras.
- Incapacidad para pronunciar una palabra desconocida y dificultad para deletrear.
- Tardanza en completar tareas de lectura o escritura y evitar estas actividades.
Otros signos frecuentes a nivel más general durante la escolaridad, dependiendo de las edades, son aquellos signos que los maestros o los padres expresan de un modo informal, antes de saber qué le ocurre exactamente al niño o la niña:
- Parece brillante y muy inteligente pero que no puede leer ni escribir con buena ortografía.
- Es descuidado o inmaduro, aunque no está tan atrasado como para recibir ayuda extra. Confunde constantemente la derecha y la izquierda.
- Va muy bien en exámenes orales, pero no en los escritos, por lo que las calificaciones escolares no son buenas.
- Tiene dificultad para copiar en la pizarra.
- Tiene una baja autoestima, se frustra fácilmente y no le gusta ir al colegio.
- Parece que sueña despierto y se pierde fácilmente o pierde el sentido del tiempo.
- Es talentoso en el arte, música o teatro, deportes, mecánica o ingeniería. Aprende más haciendo cosas con las manos.
- Tiene una batalla con el manejo del tiempo y le cuesta decir la hora.
- Depende de contar con los dedos u otros trucos para las matemáticas. Se sabe las respuestas, pero no puede poner el procedimiento en el papel.
- Tiene excelente memoria a largo plazo, pero mala memoria para secuencias e información que no ha experimentado.
- Se queja de mareos y dolor de cabeza al leer o escribir y siente movimientos cuando lee o escribe. Se queja de ver doble.
- Lee y vuelve a leer sin comprensión.
- Oye cosas que no dijeron o no son aparentes para los demás (debido a su sensibilidad auditiva o falta de ésta). Se distrae fácilmente con los sonidos.
- Habla con frases entrecortadas y deja oraciones incompletas. Tartamudea cuando está estresado y no pronuncia bien las palabras largas.
Cómo detectar la dislexia en la escritura
- Inversión de letras iniciales: b, d, p, q, r, m, u
- Inversión de algunos números.
- Sustitución de una letra por otra parecida.
- Supresión de letras.
- Correcciones, retoques, tachones.
- Fallos en la individualización de las palabras.
- Confusión entre ‘l, y, r’ al ir precedida de consonante.
- Alteración en el orden y confusión de letras parecidas: b-d; p-q; M-W; r-h; u-n
- Mezcla de minúsculas y mayúsculas.
- Confusión entre las vocales.
- Dificultad para copiar un texto.
- Confusión entre los sonidos de letras similares: b-d; d-t; m-n; b-g-j; b-v
- Omisión de algunas mayúsculas.
- A partir de los 12 años se manifiestan las dificultades ortográficas, sustitución de palabras, reenganches y un ritmo monótono.
En un estudio que realizó el profesor O. Lockowandt de la Universidad de Bielenfeld, comprobó que los niños disléxicos se detenían constantemente al escribir, que presentaban una mezcla de sobretensión seguida de relajación, vacilaciones con el útil antes de iniciar la primera letra, que la escritura estaba refrenada por el exceso de control y por la cantidad de equivocaciones. Comprobó que todo ello mostraba el esfuerzo del disléxico para afrontar la incertidumbre de lo que debía escribir.
Se sabe que la dislexia es una condición de por vida y uno de los problemas que deben afrontar los niños disléxicos es que nuestro sistema educativo no es compatible con este trastorno ya que, todos los aprendizajes se realizan a través del código escrito, por lo que el niño disléxico es incapaz de asimilar muchos de los contenidos de distintas materias, porque no es capaz de llegar a su significado a través de la lectura.
Sin embargo, la evaluación e intervención tempranas producen los mejores resultados. También hay que tener en cuenta que la mayor parte de los niños puede tener éxito en la escuela con la ayuda de un tutor o de un programa de enseñanza especializado y, por supuesto, con el apoyo emocional necesario para que el niño o la niña pueda ir superando estas dificultades.
Autoras: Imma Lidón y Angels Duelo