La duración en el tiempo es el determinante para que ‘algo’ podamos considerarlo positivo o, por el contrario, negativo. Sabemos que en algunas cuestiones necesitamos cierta duración en el tiempo si queremos obtener los beneficios esperados, pero en otras esa duración puede ser contraproducente.
En estos días de importante crisis y de tanta incertidumbre, en los cuales el tiempo es un factor muy importante, empezamos a percibir distintas reacciones según los patrones de conducta de cada persona. Esos patrones, independientemente de las circunstancias generales que a todos nos atañen y que a todos nos preocupan, vemos que no afectan a todos de la misma manera. ¿Y de qué depende? Pues en gran parte del carácter de base de cada individuo.
La escritura, como fiel reflejo de nuestra personalidad y nuestro estado anímico, va a reflejar nuestros puntos fuertes y débiles sobre cómo sobrellevar esta situación.
Si tenemos en cuenta las diversas tipologías que engloban al ser humano (sin pretender globalizar tipologías totalmente distintas) tenemos los temperamentos Hipocráticos (Nervioso, Sanguíneo, Bilioso, Linfático), las funciones de Jung (Pensamiento, Sentimiento, Sensación, Intuición) o las distintas fases de Freud (Oral, Anal, Fálico). En la medida en que observamos estos aspectos en la escritura, vemos los distintos comportamientos de cada persona. Así por ejemplo:
El Temperamento Nervioso necesita movilidad y cambios, aunque a su vez la curiosidad por mantenerse informado y el asombro lo mantienen despierto y con un cerebro bien activo para saber qué puede hacer.
Mujer, 60 años. Escritura de temperamento nervioso, movimiento efervescente, tamaño desigual, de invertida a vertical con desigualdades, agrupada, guirnaldas, bucles…
Esta mujer emotiva, dinámica y con cierta agitación interior, ahora se sobre activará todavía más mentalmente para poder llevar mejor esta situación.
El Intuitivo, con sus antenas siempre puestas, intentará reinventarse y sacar el máximo provecho de esta situación.
Mujer 56 años. Escritura agrupada, oscilante en la vertical, lig. descendente, aireada, extendida, desigualdades de tamaño, intuición de Jung, sencilla, movimiento vibrante…
Esta mujer curiosa e intuitiva, sobrellevando su conocida parte emocional, intentará afrontar las situaciones más adversas con nuevos recursos.
El Sanguíneo no soporta estar encerrado, necesita espacio libre y vida al aire libre. Su instinto vital, su impulsividad y sus ansias por socializar, lo pueden llevar a la inestabilidad si se siente encarcelado.
El Oral, algo parecido como en el caso del Sanguíneo, no tiene espera y todo lo quiere ‘ya’ y necesita el contacto con la gente, por lo que verse privado de esta relación social le puede causar cierta angustia.
Mujer 23 años. Escritura grande, compacta, Oral, buclada, dilatada, desigual de tamaño, baja, vertical…
A esta joven con necesidad de contactos (físicos y psíquicos) y de sentirse arropada, le costará afrontar el confinamiento si está sola.
El Pensamiento afronta esta situación desde la razón. Es reflexivo y metódico, actúa con lógica y probablemente analizará los pros y contras hasta encontrarle una solución que le convenga.
El Sensación (algo similar al Linfático) se corresponde con una persona práctica y realista, que le gusta la seguridad. Necesita sus comodidades y en general le gusta vivir bien. Cuando todo esto lo consigue, es una persona tranquila, reposada y que se toma la vida con calma (a veces llamado ‘Bon Vivant’). Pero ¿qué ocurre cuando todo esto se le mueve y se le cae…? Pues que le cuesta reaccionar ante esta nueva situación y puede paralizarse y hasta incluso reaccionar con arrebatos.
Hombre 36 años. Escritura tipo script, más bien linfática, desigualdades de tamaño, movimiento controlado, yuxtapuesta, en arcadas, rebajada, sencilla…
Este hombre tranquilo y reposado, acumula y guarda las tensiones para sí mismo. Sus emociones las explotará sólo cuando esté al límite y mientras tanto soportará bastante bien esta situación.
Evidentemente no se puede banalizar sobre cómo va a ser un comportamiento u otro, ya que es el conjunto de varios factores lo que determina un comportamiento u otro. Esto también sucede con las escrituras, que es el conjunto de varios elementos los que nos dicen nuestra forma de ser y de actuar.
Como sabemos, la escritura es un fiel reflejo de nuestra evolución personal al paso por la vida. En estos momentos, fruto de los acontecimientos que cada uno esté viviendo, más la base de su propio carácter, así irá evolucionando y/o transformando de forma inconsciente su escritura.
Autoras: Imma Lidón y Angels Duelo